Wednesday, December 26, 2007

Fin de año

Si tuviera que definir el año 2007, diría que ha sido un año redondito.

Si tuviera que resumirlo en una palabra sería: Gracias.

Si tuviera que elegir lo más importante, ese sería Jose.

Si tuviera que decidir de nuevo, haría exactamente lo mismo.

Si tuviera que hablar de mi fortaleza, sería mi familia.

Si tuviera que escoger un desafío, sería mi nuevo trabajo.

Si tuviera que contar mi peor temor, sería mi mamá enferma.

¿Y la alegría? Saber que no era nada.

Si tuviera que condensarlo en una palabra, esa sería Amor.

Friday, December 14, 2007

El palo de escobillón

Ayer me sentí totalmente ultrajada. Alguien entró a mi auto a robar.

Fue un día bastante agitado, pues había acordado juntarme con la Andrea y la Lore después de muchos meses de no vernos. Ellas eran unas de mis mejores amigas de universidad, y a veces, lo que ocurre es que te pilla la máquina y no queda tiempo para ver a la gente que a uno le importa. Más, ahora que he pasado del estado civil de soltera al estado soltera con compromiso, feliz por cierto.

El asunto es que mi pololito lindo fue al supermercado y me compró todas las cosas que necesitaba para mi reunión de niñas, y dejó el auto afuera del edificio para bajar las bolsas con mayor comodidad. Y claro, después, entre la pelambrera, las risas, el mango sour y la comida, nunca me acordé que el auto había quedado afuera y que, más encima, había clásico en el estadio e iban a circular la chorrera de flaitongos por mi calle.

Y cuando bajamos para ir a dejar a la Lore y guardar el autito al estacionamiento, yo me fijé que el asiento de atrás estaba hacia adelante, y las cosas adentro estaban todas desordenadas. ¿Qué onda? Le pregunto a Jose, cuando veo que tenía la cara blanca como un papel. ¡Entraron al auto!

Chiuuuu, vamos abriendo el auto (aún no nos explicamos cómo lograron entrar, porque no había ninguna cerradura forzada y el cierre centralizado funcionaba sin problemas), y encontramos todo desordenado: La guantera abierta, los pañuelitos desechables tirados en el piso, mis gafas de sol con estuche y todo en el asiento, todo desordenado pero íntegro. Con un alivio inmenso, Jose revisó debajo del asiento y encontró un iPod de 80 gigas que tenía guardado y que no se llevaron. (Les aprovecho de pasar el aviso, mi pololito está vendiendo iPods de 4, 8, 40 y 160 gigas a precios super convenientes).

Creemos que algo o alguien interrumpió a los ladrones, viendo que no se llevaron ni la antena del auto y que por el contrario, casi que me dejaron el auto más ordenado jajajaj

Recuento final: Lo único que se llevaron de la maletera fue el palo de un escobillón nuevo que no habíamos subido por pura flojera a la casa. Pero por lo menos me dejaron el cepillo.