Monday, February 18, 2008


- Sabes qué pensé?

- No

- Que eres sólo un niño. No tienes la menor idea de lo que dices. Nunca saliste de Boston. Si te pregunto sobre arte, seguro me detallarías cada libro que existe. Michelangelo. Sabes mucho acerca de él. La obra de toda su vida, sus aspiraciones políticas, su relación con el Papa, su orientación sexual. Todo ¿no? Pero no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina. Nunca estuviste ahí, ni observaste su bello cielo raso. Nunca lo viste. Si te pregunto sobre mujeres, me darás una extensa lista de tus favoritas. Puede que hasta hayas tenido relaciones algunas veces. Pero no sabes qué se siente al despertar con una mujer y sentirte verdaderamente feliz.

Eres un chico distante. Si te pregunto sobre la guerra, citarás a Shakespeare: “una vez más hacia la batalla, queridos amigos” Tu jamás estuviste en una guerra. Jamás sostuviste la cabeza de tu mejor amigo en tu regazo y lo viste dar su último suspiro pidiéndote socorro. Si te pregunto sobre el amor, seguro me citarás un soneto. Jamás miraste a una mujer y fuiste totamente vulnerable. Jamás conociste a alguien que te comprenda con los ojos. Jamás sentiste que Dios creó a la mujer perfecta para ti, la que te rescata de las profundidades del infierno. No sabes lo que es que tú seas su ángel, que sientas ese amor por ella, para siempre, más allá de todo, más allá del cáncer.
No sabes lo que es dormir sentado en un hospital 2 meses tomado de su mano porque los doctores comprendieron que el horario de visitas no te alcanza. No sabes lo que es una pérdida. Eso sólo ocurre cuando amas a alguien más que a ti mismo. Dudo que alguna vez hayas amado así a alguien. Cuando te miro, no veo un hombre inteligente y seguro. Veo a un niño demasiado agresivo y muy asustado. Pero eres un genio. Nadie lo niega. Nadie podría comprender tu complejidad interior. Pero tu presumes que sabes todo sobre mí porque viste una pintura mía. Analizaste cruelmente mi vida. Eres huérfano ¿verdad? ¿Crees que puedo saber lo dura que fue tu vida, cómo te sientes, quién eres, porque leí Oliver Twist? ¿Esa novela te define? Personalmente me importa un bledo tu sabiduría, porque todo lo que puedo aprender de ti está en los libros. A menos que quieras hablar sobre ti, quién eres. Ahí me sentiré fascinado. Deseo aconsejarte, pero tu no quieres eso ¿verdad, hijo? Te aterroriza lo que pudiera decir.


Monólogo de la película "En busca del destino".

Thursday, February 14, 2008

De amores


Nuevamente nos invaden los cupidos a poto pelado repartiendo flechas, los corazones, el Publimetro rosado y las canciones de amor, recordándonos que nuevamente es San Valentín.

Emulando a Claudia Aldana, quise hacer un resumen de las mejores historias de amor que he escuchado o vivido.


El amor eterno


Son esos amores eternos, esas parejas que se descubrieron un día y no se separaron nunca más. O si lo hicieron, sólo fue para volver después de un tiempo, seguros de que estaban destinados a una vida juntos. Ejemplos sobran en la literatura universal: son los Romeo y Julieta, los Beren y Luthien, los Gracia y Gabriel, Yo conozco una pareja así. De hecho, puedo decir orgullosamente que fui la celestina y amiga privilegiada de los protagonistas de esta historia, y fue en mi casa (un 14 de febrero de hecho) donde todo comenzó. 12 años después, con la universidad, un viaje de él al extranjero que se prolongó por más de seis meses, el trabajo y más de 400 kilómetros de distancia en medio, ese amor aún sigue vivo, y ellos, siguen tan enamorados como siempre. Ángel y María Eugenia, ustedes son mi ejemplo de un amor puro, de esos que superan los obstáculos más inimaginables.


Otra compañera de colegio siempre estuvo enamorada de un niño mucho mayor que nosotras. Pero les digo, ella rallaba la papa con él desde séptimo básico. Claro que después creció, estudió párvulos, tuvo otros pololos, pero siempre tuvo en el fondo del corazón ese reducto para él. Hasta que por las vueltas de la vida se volvieron a encontrar, y resulta que se enamoraron hasta las patas. Hoy, ella está esperando al primer hijo de esa relación.


Claro que no todo es perfecto. Hay ocasiones donde hay parejas que llevan 10, 11 y hasta 15 años pololeando, se separan y luego se casan con el/la primera que se les cruza en el camino. Le pasó a una amiga, que después de pololear desde los 17 a los 28 años con el mismo individuo, terminó con él y en menos de un año ya estaba viviendo con otro y planificando su matrimonio. Apuesto que conocen algún caso así.


El amor disparejo


40 y 20. La bella y la bestia. Mis papás, por ejemplo, tienen 17 años de diferencia. Imagínense que cuando se estaban casando, mi mamá aún no cumplía los 18 y mi papá ya pasaba de los 35, con un matrimonio y cuatro hijas a su haber. Como era de esperar, nadie aprobaba ese matrimonio, y no se daba un peso por su perpetuación. Sin embargo, ahí los tienen, más de 30 años después. Tengo otro caso muy similar con una compañera de oficina. Y obviamente que metí las patas, porque me mostró una foto de su marido y su hija y yo por supuesto pregunté ¿Y ese es el abuelo? Oh my god!!!


¿La Bella y la Bestia? Ejemplos sobran y es por eso que yo le diría a Edmundo, el futbolista de "Amor ciego", que aún hay esperanzas. Muchas veces me ha tocado ver parejas muy distintas en la calle, en el metro, en la universidad, y la eterna pregunta es ¿Qué mierda le verá a él/ella? Seguro la billetera..., cuando la verdad es que la parte física es sólo la punta del iceberg en una relación.


El amor loco


Tengo una amiga que estaba sufriendo mucho con la ruptura con el supuesto hombre de su vida. Y como le aconsejaron que se despejara, y saliera con las amigas para disipar la pena, se encontró coqueteando con un gringo. Sólo por el fin de semana, eso sí, dado que el lunes el regresaba a Alemania para no volver más a Chile. Pero pasó que, en un sólo fin de semana, él se enamoró perdidamente, mi amiga se enamoró perdidamente y no tuvieron más remedio que volverse a encontrar. Él cruzó el charco, ella cruzó el charco, hasta que al final, él tomo sus camas y petacas y se vino a estudiar al fin del mundo. Ahora, viven juntos, y están definiendo si viven aquí o allá.


Otra amiga encontró el amor de sorpresa, cuando ya había tirado la toalla en lo que a hombres se refiere. Le ofrecieron un trabajo en un pueblo chico- chico donde sólo hay una calle y donde el que no es huaso bruto bruto bruto es gay. Sin ninguna esperanza amorosa, pero con un mejor sueldo, decidió autoenterrarse por un par de años, para poder algún día regresar a la urbe. Pero como son las cosas de la vida, he ahí que en uno de esos asados se encontró con unos ojos que le quitaron el aliento, y ahí está, feliz como una perdiz, planificando quedarse para siempre en el pueblo de una sola calle.


El amor perseverante


El el típico caso de "amor crónico", ese donde él o ella se resisten a abandonar la batalla por la persona que quieren, pese a todo y a todas. El discurso es "No importa que él/ella me haya pateado, ni que ande con otro/a, ni que me corte el teléfono y me mande a la punta del cerro, pues yo lo/la amo y no me resigno a perderlo/a".


Conozco un caso así, bastante cercano también, donde una amiga mía terminó con el pololo despúés de más de cuatro años de pololeo. Por dos años, ella se olvidó de su existencia. Tuvo varios romances, salió a todas partes, se cambió de ciudad y comenzó a trabajar, mientras él esperaba pacientemente el momento para volver al ataque, pues al principio utilizó una estrategia de arrastrado, arrastrado, que lo único que consiguió fue que lo mandaran con viento fresco de donde había venido. Sin embargo, cuando supo que estaba más tranquila, la empezó a llamar en son de amigo, empezó a visitarla, hasta que finalmente mi amiga terminó casándose con él, y ahora son muy felices.


Sin embargo, y pese a que esta historia tiene un final feliz, creo que el perseverante debe saber hasta cuándo luchar, porque se puede caer en una conducta muy poco sana.


El amor telesérico


Son esos amores sufridos, torturados, esos que tienen que pasar las de Quico y Caco para poder seguir en el tiempo. Son esas historias a lo Romeo y Julieta, donde las familias no se pueden ver, o donde uno es casado, o donde simplemente, pasan demasiadas cosas malas que cualquier ser humano no podría soportar. El hijo perdido, la mamá enferma, la muerte de alguien y la herencia de una fortuna son algunos ejemplos de las pruebas que deben pasar algunas parejas para ser felices. Y ojo, que hay bastantes ejemplos.


Estos eran dos mejores amigos, de esos amigos de la infancia. Uno era casado, y tenía una hija pequeña. El otro pololeaba hace años con una muy buena mujer, y siempre salían los 4 juntos. Sin embargo, el amigo que era casado comenzó a sentirse mal, y le diagnosticaron cáncer. Al par de meses murió, dejando a su mujer y a su hijita. El amigo, mientras tanto, terminó con su eterna polola, y un tiempo después, él y la viuda comenzaron a darse cuenta de que se amaban. Fue difícil, aceptarlo ellos en un principio y después tener que enfrentar todos los comentarios familiares y de todos aquellos que se sentían con autoridad para juzgar. Sin embargo, se casaron y ahora son muy muy felices juntos, y tuvieron 2 hijas más...como para un guión de Don Amor...



Impulsivo, romántico, tierno, como sea, todos merecemos vivir al menos una historia de amor en nuestra vida. Por lo menos a mí, me alcanzó cuando menos me lo esperaba, aunque suene super clisé de mi parte y aunque haya renegado tantas veces del famoso día del amor (ver blog). Pero así es no más. Cuando uno está más volada, cuando uno está a punto de tirar la toalla, puede aparecer alguien hermoso y robarte el corazón. Y ese robo puede convertirse en lo mejor del mundo.


¿No se nota que estoy enamorada?

Wednesday, February 06, 2008

Como nos cambia la vida....

El otro día me junté con dos muy buenas amigas de Universidad, la Andrea y la Lore, luego de meses sin vernos en vivo y en directo. Fue muy rico, puesto que los últimos dos meses me había borrado del mapa, entre tanto trabajo y clases (porque ahora me las doy de profesora universitaria, haciendo clases en horario vespertino, y ahí he dejado al descubierto mi vocación por la docencia). En fin, como decía, fue muy bueno verlas, nos matamos de la risa como siempre y nos pusimos al día con nuestras vidas.

La verdad es que no podemos (insisto, ¡no podemos) haber cambiado tanto en tan pocos años...hasta hace poco, las tres estábamos en la misma, de fiesta en fiesta y de cita en cita y de pastel en pastel. Nos juntábamos horas y horas para hablar de tal o cual cita frustrada, de lo infantiles que eran los hombres, y con la eterna pregunta de ¿cuándo será la hora de encontrar a alguien decente en este mundo? Y nótese que ya, cuando estábamos a punto de tirar la toalla e irnos a matricular a un convento, lo único que pedíamos era un hombre decente.

Y ahora, nos hemos reunido en una parada completamente distinta. La Lore, feliz como una perdiz, viviendo con su pololo alemán y agotada luego de tener por más de una semana a su familia política alojada en su casa. La Andrea, un poco apenada porque su pololo se devolvió al extranjero, pero con serios planes para este año que comienza. Y yo, como ellas, completamente segura de que por fin encontramos al que siempre andábamos buscando.

¿Será la edad, digo yo? Porque de verdad, ahora nos juntamos y conversamos de lo caro que cuesta un matrimonio, de lo terriblemente esforzadas que son las mujeres que trabajan y sostienen una familia y del poco tiempo que tenemos de pre y post natal. En vez de pensar en la fiesta que tenemos el próximo viernes, nos devanamos los sesos pensando qué nos pondremos para el matrimonio de la Pepita, sin parecer que reciclamos la misma ropa una y otra vez, o empezamos a planificar la despedida de soltera de Juanita.

¿Qué nos pasó? ¿Será que finalmente nos dimos el alcachofazo en la cabeza y maduramos? ¿Será nuestro reloj biológico el que nos llama como una profecía tic tac tic tac? ¿O será simplemente que ya era hora de que fuéramos felices?

Sea cual sea la alternativa, encuentro lo más top que hay que estemos viviendo todo esto juntas, porque podemos conversar y entendernos perfectamente, y porque estamos seguras de que esto fue lo que siempre esperamos.