Tuesday, April 17, 2007

Fiesta de disfraces


Me encanta hacer fiestas de disfraces para mi cumpleaños. Sé que algunos amigos me odian, otros me ruegan para poder ir disfrazados de ellos mismos, pero la gran mayoría se entusiasma con la idea y busca y rebusca en su imaginación un traje no reciclado, una idea novedosa. La mayoría de las veces, les da resultado.
La principal razón de por qué me gustan las fiestas de disfraces es porque en mis cumpleaños generalmente se reúnen personas de distintos grupos de la vida, como el colegio, la universidad, danza, el magister, etc, y ellos no se conocen entre sí. Sin embargo, al ir disfrazados siempre habrá una especie de complicidad y nunca faltará el tema de conversación.
Este cumple 27 fue además muy especial, porque tenía muchas muchas cosas que celebrar y agradecer: mi trabajo nuevo y mi pololito lindo hermoso, entre otras cosas.
En un momento, miré la cantidad de gente reunida, disfrazada, pasándolo chancho, y de verdad me di cuenta de que además, debo agradecer a Dios por la cantidad y calidad de mis amigos. Ver a la Rebe, a la Dani y a todas esas amigas desde la más tierna infancia me llena de alegría, porque mal que mal con 27 años de vida compartiendo con las mismas personas. Y eso que faltaron personas importantes, por diferentes razones, como enfermedades, compromisos familiares, etc.
Mi pololo, un siete. Cautivó a todas mis amigas en un dos por tres, porque nadie lo ganó en entusiasmo, cariño y preocupación por mí. Pobrecito, porque preparó todas las mesas, bailó como nadie, repartió torta y se preocupó de que todos estuvieran felices, todo esto cagado de calor porque el disfraz de rey era precioso, con mangas largas y bordado por todos lados, pero más caluroso que andar con traje de látex.
Hubo mucho disfraces: Jose y yo nos disfrazamos de rey y reina, hubo dos chinitas, un albañil, un chino, un grupo de mociclistas, unas niñitas en pijama, unas góticas, un española, los power rangers en acción, dos egipcios, un hippie, un esqueleto, un maestro jedi, angelitos, diablitos, Minnie y hasta la Blanca Nieves...
Les agradezco a todos la compañía, la buena onda, la increíble disposición para disfrazarse, los regalitos, los abrazos, los buenos deseos, porque todo eso hizo que mi cumpleaños 27 fuese inolvidable.

1 comment:

MCH said...

Estuvo notable. Lástima que haya coincidido con mi despedida del alcohol :) Abrazo.