Monday, June 19, 2006

El Marino

Semanas después de saber que nunca más volvería a ver a Rolando y de pasar el duelo con cajas y cajas de pañuelos desechables en el velador, decidí salir de las honduras de la pena y comenzar a salir más.
Y fue en uno de esos carretes locos, celebrando el éxito en el examen de grado de una muy querida compañera de colegio, cuando apareció “El Marino”. Claro que al conocerlo no sabía que ese iba a ser su destino: sólo me perdí en los vericuetos de una agradable conversación y en el brillo atrapante de unos ojos negros.
Para quienes exijan descripción del individuo, he de contarles que para variar, es menor que yo unos cuantos años, que aún se encuentra en la universidad, y por más señas, he descubierto que no puede haber otro ser en el planeta más diferente a mí, lo cual hace infinitamente más fáciles las cosas.
Estoy segura de que como pareja, no lo aguantaría ni una semana: relajado al máximo, no le importaría dejarme plantada a diario, incumplir alguna promesa o estar saliendo con cinco mujeres más, cosa que por supuesto, me dejaría con los nervios destrozados y unas ganas terribles de sacarle los ojos.
Por lo mismo, está condenado a ser Mr. Miércoles 2, y tal parece que así lo ha entendido. Claro que en vez de aparecerse todas las semanas, el lindo acusa recibo una vez al mes. Cual marino, llega a puerto una vez cada tres o cuatro semanas, llamando por teléfono y tocando la puerta de mi casa.
Me enerva un poco esa inconsistencia, porque por lo menos con el otro sabía el día, cosa útil en la práctica. Yo no sé si los hombres estarán plenamente conscientes de todas las artimañas que hacemos las mujeres cuando estamos acompañadas para estar perfectas en todo momento. Pues les cuento que una mujer no nace sin pelos, ni maquillada ni con el peinado ordenado como muestran las películas (¿han visto esas minas que después de una noche de sexo revolucionario aparecen perfectas, sin ni siquiera el rimel corrido? ¡¡Ridículo!!) Queridos amigos, la perfección femenina es producto de un largo proceso que incluye depilación, horas en un salón de belleza y una sesión de maquillaje que los dejaría agotados. Así que aprovecho el momento para advertirles lo útil que es que AVISEN con debida antelación una visita, o si no, que se atengan a las consecuencias.
Por ahora, el Marino es el perfecto clavo para sacar al otro. Durante el rato que dura su visita, me siento en las nubes, con todos los piropos que me echa y lo entretenido de nuestra conversación. En realidad, le robamos tiempo al tiempo y durante tres o cuatro horas tanto él como yo nos hacemos la ilusión de que somos uno para el otro. Pero sabemos que es mentira.
Sé lo que van a decir. Que me estoy engañando, que si dejo pasar el tiempo terminaré enamorada del sujeto y llorando en sus hombros una vez más. Pero éste no es más que una aventura, y si quiero algo más serio, ya empecé a buscarlo. Sé que cuando encuentre a ese individuo que además de atracción, me haga sentir la seguridad de que puedo contar con él, y que al menos tengamos algo en común, el Marino se va a quedar en el olvido. En eso estoy.

1 comment:

Anonymous said...

Amigui...que mas decir...que siempre sea yo la que conduzca a los supremos pasteles a tu vida...en fin, absolutamente de acuerdo o avisan al menos con 24 horas de anticipación o que se atengan a las consecuencias; o al igual que Mr. Big creen que Carrie nacio con el pelo liso y perfectamente maquillada?????
YoYa