Monday, November 22, 2004

Borrón y cuenta nueva

¿Alo? Tuut Tuut Tuut fue exactamente mi pensamiento al recibir ayer la visita de Antonio. Sus actos y palabras iniciales ya auguraban el desastre: un beso sin ganas y un “vengo a hablar contigo” nunca han sido signos de una relación que comienza con el pie derecho. Esta no fue la excepción, porque luego de unos cuantos rodeos sin sentido, me dice que lo mejor es que dejemos las cosas hasta aquí. Es decir, que no nos veamos más.
Mi cara de desconcierto debió de ser mayúscula, porque hace exactamente una semana atrás figurábamos como dos tortolitos en el cumpleaños de una amiga, disfrutando a concho el estar juntos. No me pregunten qué mierda pasó en esos siete días, lo único que sé, y que cada vez me sorprende más, es la siempre incierta conducta de los hombres, y nuestros siempre fallidos intentos por entenderlos.
Las razones que me dio fueron variadas, desde el trabajo no me deja tiempo para una relación hasta tú te mereces alguien que se dedique más a ti, hasta soy un pendejo y lo reconozco. La primera, no tiene justificación de ningún modo, porque hasta yo, con trabajo, magíster, clases de inglés y sin una nana que me haga aseo en mi casa, me haría el tiempo si realmente la otra persona me interesa. Ya la segunda razón la vengo hallando más razonable, o la pura y santa verdad, dado que soy una mujer suficientemente bonita, inteligente y simpática para andar mendigando un minuto de cariño o de atención; la tercera razón, obviamente es cierta, puesto que no tengo ninguna especie de autoridad para discutir la pendejez de un gallo de 25 años que se reconoce a sí mismo como tal.
Pese a estos consuelos, es obvio que me siento un poco mal, herida en el orgullo y frustrada, más que por que perder lo que había (que, en honor a la verdad no era mucho), por perder lo que nunca fue, todas esas ilusiones que uno se va armando si las cosas van tan bien como lo iban hace menos de una semana atrás. La verdad, no tengo idea de si este hombre estará conciente de que con sus actos lo único que logró es que yo desconfíe aún más de todos los especimenes del género masculino, y que, como hace un tiempo atrás, piense seriamente en el celibato o la soltería de por vida como una opción de vida.
Y es que ya es mucho lucho lo que me ha tocado este último tiempo. Al periodista psico, se suma el nunca bien ponderado Mister Miércoles y ahora el niñito rollento, porque este sí que a rollos, no lo ganan ni diez mujeres juntas. El mito popular dice que somos las mujeres las que nos enrollamos y hacemos problemas hasta por la comida que comemos, pero este individuo demuestra que existen notables excepciones. O sea, ¿Qué me dicen de alguien que se asusta por un par de besos después de cuatro largas citas? ¿O de alguien que de una semana a la otra, cambia de ser el amoroso hombre que te abraza y mira las estrellas contigo hasta darte una patada en el poto por miedo al compromiso?
Ahora, puedo decir que no quiero ver a ningún hombre ni a diez metros de distancia, que no le creeré a ninguno ni lo que reza y que, de verdad, de verdad, los encuentros de una noche o los amigos con ventaja son la mejor opción. No compromisos, no rollos. Pero sé (como muchos de ustedes), que en el fondo me estoy engañando a mí misma, y que en algún rincón de mi corazón seguirá la búsqueda, sin perder la esperanza, de alguien que realmente valga la pena.
Para no ver esta situación de niña-fea-rechazada-por-la-vida como una vía rápida hacia la autocompasión y depresión, tendré que verla como siempre he visto los reveses del destino: como una jugada divina que me avisa que en realidad no era ahí donde encontraría lo que buscaba, sino en otra parte, a la vuelta de la esquina o más lejos.
Es en estos minutos cuando levanto la cabeza, limpio mis lágrimas y sigo adelante, siguiendo al pie de la letra mi dicho favorito: “Mala cueva dijo el conejo…¡¡¡Y se cambió de hoyo!!!!” Ojalá encuentre uno más confortable…

1 comment:

Xi said...

Como dice la canción: "Te dejo todo lo poco que me diste, me llevo todo lo que di y que no quisiste. Me voy contenta, no tengo más que darte, me llevo todo lo que di y que no cuidaste..." O sea que la mala cueva en ningún caso va a ser para ti. Un besito de tu amigota.